Decíamos ayer…
"Iban dos exploradores por la sabana cuando apareció un leopardo con cara de hambre. Inmediatamente, uno de ellos sacó unas zapatillas de deporte de su mochila y se las puso.
- ¿Crees que vas a correr más que el leopardo?- dijo el otro.
- No, pero aquí de lo que se trata es de correr más que tú”.
Por suerte o por desgracia, éste es el mundo de la empresa,
un mundo de competencia donde hay que ser más ágil, más eficiente, de mejor
calidad, más barato… En fin, mejor que la competencia porque si no…
No pocas cosas han pasado desde el último post. El reto
principal que hoy acometen las empresas es la adaptación a un entorno muy
cambiante hacia lo digital. Sobre todo en la forma de relacionarse con el
cliente, pero no solo eso. Centrándome en el cliente, como todo cambio, tiene
amenazas y oportunidades; y un buen empresario es el que aprovecha las oportunidades
y minimiza las amenazas.
Parece que en un mundo de marketing digital las grandes compañías
comerciales y de distribución como Amazon, Alibaba, etc., tienen las de ganar:
economías de escala que permiten ser más eficientes y económicos en la
captación de clientes y en distribución, aplicación del big data para mejorar
el marketing con el cliente, gama casi infinita de productos para no dejar
escapar ni un euro de la “long tail” y un larguísimo etcétera de ventajas. En
estas condiciones, al pequeño empresario podría parecer que le han surgido
competidores tan duros que pueden dejarlo fuera de la partida.
Pero el cambio en el cliente ya está aquí y la pregunta sería: ¿podrá una empresa sobrevivir SIN Internet?
En mi opinión, se está produciendo (y se va a producir más
en el futuro) una polarización entre dos extremos, lo enormemente grande y lo
significativamente pequeño. Lo grande son los megacentros de venta online -que
llegarán a conocernos mejor que nosotros mismos-. Lo pequeño…: en el sector
servicios, donde sigue siendo necesaria la proximidad física, por ejemplo en la
hostelería, las nuevas formas de captación y relación con el cliente por medios
digitales son más que evidentes y así las ha sabido entender una gran parte del
sector. Aún así, han surgido "big players” de la comercialización con los que es
difícil competir. Otros sectores de servicios quizás aún no están explotando
suficientemente todas las ventajas de herramientas como por ejemplo el
geoposicionamiento y todas las acciones que el mundo digital les ofrece para
hacer marketing de proximidad.
Lo mismo ocurre con el sector comercial. Un comercio no
tiene por qué tener todo perdido y si hace bien los deberes, se le abren nuevas
oportunidades. Además de que Internet ayuda al cliente a localizar comercios con más facilidad, hoy puedes comprar un libro por Internet en aquella librería que
te gustó en Londres o un mazapán en esa confitería que te gustó en Toledo. O
puedes comprar un perfume en esa pequeña tienda de ¿-? cuya existencia
desconocías pero que te ha sabido enamorar con su producto y que lógicamente lo
ha hecho bien en SEO para que la encuentres fácilmente. Hay más clientes al
alcance y también más competencia. Esto significa que hay que ser mejores.
Mejorando la pregunta, sería entonces: ¿podrá una empresa sobrevivir sin ser buena en marketing digital? La primera responsabilidad del pequeño empresario es entonces formarse
adecuadamente para los nuevos retos. Si es por dinero, existen herramientas
gratuitas como Google Activa tu Negocio o Primer. Las asociaciones
empresariales estamos ofreciendo además mucha formación gratuita en ese campo. Si es por
tiempo, eso no lo regalan, pero el tiempo
invertido en formación, si luego se aplica lo aprendido, es la inversión
más rentable. Especialmente teniendo en cuenta que ¿cuál es el resultado de la otra opción?
Como dijo Derek Bok, presidente de la Universidad de Harvard, si uno cree que la formación es
cara, que pruebe con la ignorancia.