Sigo empeñado en que, si queremos ayudar a que se avance en el tema de la innovación, en la concienciación, el fomento, en el cómo hacerlo, etc., hay que centrar un poco mejor el tiro, aunque sólo sea desde un punto de vista didáctico.
Con esto de que todos podemos escribir, y además achicharrar la red de contenidos es gratis, cada cual contamos lo que pensamos y, a quien lo lee, si no está muy ducho y va buscando soluciones, a veces le orientamos pero la mayor parte de las veces le desorientamos. Máxime cuando algunas veces, cuando se habla, parece que se aspira a resolver los problemas del mundo mundial (como
critica Miguel). Por supuesto que esto no pasa sólo en la red, pero se nota más en la red.
Centrando un poco el tema: lo que para un tipo de innovación es algo imprescindible, para otros casos puede ser hasta contraproducente. Y si para innovar en algunas cuestiones se necesitan centros de investigación, para otras se necesita pizarra, rotulador y ganas. Así pues, es preciso huir de la generalización y empezar a poner algunas etiquetas para saber concretamente de lo que estamos hablando.
Y es que, como he dicho en otras ocasiones, creo que el saco de la innovación es muy grande y caben muchas cosas: de hecho, cualquier cambio relevante que genere valor para el cliente y rentabilidad para la empresa. Ahí es nada.
Algunas sugerencias de etiquetas que deberían siempre añadirse a la palabra innovación en la explicación o ejemplo de que se trate:
- de producto
- de proceso
- de servicio
- en modelo de negocio
- en valor
- en mercado (canal, marca, experiencia de cliente, posicionamiento)
- disruptiva
- incremental
- radical
- abierta
Algunas deberían poder combinarse; por ejemplo: abierta, disruptiva y de producto.
Ya sé que éstas son las clases de innovación que conocemos y que además se pueden incluir otras. Pero el lenguaje es importante; porque generalmente cada uno tendemos a ver la misma realidad desenfocada por nuestros propios esquemas mentales, y si a ello añadimos que ni siquiera somos conscientes de que estamos hablando de realidades diferentes, hablaremos mil años y no llegaremos a nada. Ponernos de acuerdo en el significado de las palabras que usamos es muy importante, sobre todo si esa palabra tiene mil aproximaciones diferentes.
Otra reflexión adicional: intentemos avanzar. Los lugares comunes son muy bonitos pero aportan poco. Ante un gran auditorio cualquiera puede decir sin temor a equivocarse:
- Es imprescindible un cambio de modelo, donde se avance en productividad a través de la innovación. La innovación es ahora la clave.
- De acuerdo. ¿y?...
- Pues.... ¿?
Por favor, seamos prácticos. Demos pasos; avancemos.