
Las escasas opiniones políticas y previsiones económicas expresadas por Almunia en su intervención ante representantes políticos, periodistas y destacados empresarios, en relación con la economía europea y muy especialmente con la economía española, ponen de manifiesto, a mi humilde entender, dos cosas:
- Que estando ya en plena pre-campaña electoral es totalmente desaconsejable cualquier consideración por su parte, máxime cuando las previsiones económicas no parecen especialmente positivas, y
- Que hay miedo en las Instituciones económicas sobre cómo reaccionarán los agentes ante las perturbaciones del sistema financiero tras la crisis de las hipotecas sub-prime, reacción que, por exagerada, podría agravar todavía más sus efectos. No en vano, las expectativas de los agentes económicos son una variable de primer nivel que pueden precipitar o amplificar un ciclo económico.
Otra sería la recomendación al Gobierno Español de no ceder al "ciclo político", esto es, a la tentación de incrementar el gasto público con carácter previo a unas elecciones, sino mantener un superávit presupuestario ante la "posibilidad" de que vengan peores tiempos.
Otras consideraciones interesantes han sido sobre los efectos de la crisis financiera en el crecimiento económico europeo, o las recomendaciones de acometer reformas estructurales en España para favorecer el crecimiento económico, ya que el ciclo económico va a ayudar menos a partir de ahora al crecimiento y a la creación de empleo.
Por otra parte, me ha resultado llamativo su llamamiento para que los inmigrantes ocupen puestos como responsables políticos en proporción a su porcentaje en la población.
Por último, una curiosidad no muy halagüeña: de las aproximadamente 250 personas que calculo que ocupábamos las mesas del Salón Real del Ritz, no creo que más del 10-15% fueran mujeres, ocupando muchas de ellas las mesas reservadas a los periodistas.
2 comentarios:
Félix, digo yo que escribes sobre cosas demasiado complicadas y así no hay quien te siga, mira que me esfuerzo pero nada
No hay que exagerar.
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